Solemos pensar en los ascensores como aparatos que son infalibles y que funcionan a la perfección. Y lo cierto es que, en cierta medida, lo son, ya que, a pesar de que puede haber ciertos fallos, los ascensores cuentan con sistemas de seguridad que garantizan la protección de los que viajan en ellos incluso cuando haya cualquier tipo de avería.
Para que no aparezca ningún tipo de avería en los elevadores, es importante realizar un mantenimiento periódico de los mismos. Además, el mantenimiento no solo servirá para garantizar la seguridad del aparato, sino que, a medio y largo plazo, acaba suponiendo un ahorro, ya que las piezas que se revisan no tienen que repararse en un futuro.
Lógicamente, algo tan importante como un buen mantenimiento no se deja en el aire. Por eso, existe una normativa sobre ello que obliga a tener suscrito un contrato de mantenimiento con una empresa especializada, que esté autorizada para desempeñar las funciones que sean necesarias en cada caso.
¿En qué consiste el mantenimiento del ascensor?
En el mantenimiento de los elevadores, se deben realizar diferentes tareas mensualmente, trimestralmente y anualmente. Así pues, la revisión debe hacerse todos los meses, debiendo ser más exhaustiva cada 3 meses y cada año.
A la hora de realizar el mantenimiento, hay cuatro cuestiones que deben ser atendidas:
- Tareas de limpieza de las diferentes partes que haya que abordar.
- Engrase y revisión de las distintas piezas, reparando aquéllas que estén deterioradas y sustituyéndolas en los casos en los que sea necesario.
- Implementación de las diferentes modificaciones que haya habido a nivel legal.
- Realizar un informe completo, en base a la reglamentación europea que haya vigente, en el que se expongan las acciones realizadas durante el mantenimiento.