Los elevadores domésticos son cada vez una opción más valorada para la gente con una casa particular de varios pisos. La comodidad que ofrece uno de estos aparatos es realmente grande, permitiendo el desplazamiento de forma rápida y con poco esfuerzo. Aunque pueda parecer un capricho en algunos casos, lo cierto es que un ascensor en la vivienda puede ser de gran ayuda en caso de lesiones o de que haya gente con problemas de movilidad en la casa.
Realmente, un ascensor particular tiene más similitudes con un elevador, haciendo que su precio sea mucho menor que el de un ascensor convencional. No solo el coste propio del aparato es menor que el de un ascensor, sino que el mantenimiento y las labores de conservación supondrán mucho menos gasto.
La principal diferencia que se puede apreciar entre un elevador particular y un ascensor típico de una comunidad o negocio es que la velocidad va a ser mucho más reducida en la mayor parte de los casos, cosa lógica si tenemos en cuenta que una vivienda unifamiliar suele constar, como mucho, de 4 pisos.
Cómo y dónde instalar un elevador unifamiliar
A la hora de instalar un elevador en una casa, la situación de éste va a ser de suma importancia. Dónde se coloque el ascensor va a depender en gran medida de si la casa se ha construido pensando en dejar un espacio para él o si la edificación ya existe y hay que habilitar alguna zona para instalarlo. Obviamente, dependiendo de la dimensión de la obra, el preció variará de forma notable.
Generalmente, los ascensores se colocan en el hueco de la escalera o en el patio de la casa, siempre que se disponga de él. Hay ocasiones en las que hay que habilitar algún lugar en el interior de la casa ya que las dos opciones anteriores no son viables.
En cualquier caso, sea cual sea la situación que se elija para colocar el ascensor, lo que está claro es que es importante contar con profesionales que controlen sobre el tema y realicen una obra a la altura.